“Al chile”

Joel Morando Hernández
2 min readJan 5, 2018

Pocos gustamos de que nos hablen con la verdad. Sin rodeos, sin maquillaje. Y entiendo, porque la verdad duele y duele sabroso. ¿Pero por qué? Realmente la “verdad” como tal no es dolorosa, sólo la que no aceptamos. Aquella que no nos gusta. No he visto a una mujer que llore porque le digas que es hermosa. Pero haz un comentario sobre su peso y al que le dolerá será a tí. (Anteriormente había hablado sobre verdades crueles y bellas mentiras, en éste caso podrías hacer una excepción. Nunca le digas a una mujer que está “poquito pasada de peso". En serio.)

La razón de ésto es que nos da pereza el cambio. No nos gusta ser objeto de críticas sobre nuestro peso corporal, pero tampoco nos gusta salir a correr ni dejar de comer en exceso.

Estamos altamente capacitados para crear excusas y justificar nuestra pereza. Para justificar nuestra falta de responsabilidad. Nuestra impuntualidad. Incluso llegamos al punto de culpar a otros de lo que nos corresponde. “Si ya sabes como soy, pa' qué me invitas”. La frase más utilizada para reasignar una responsabilidad propia a terceras personas.

No digo que te hagas responsable de todo en la vida. Hay cosas que no están en nuestra capacidad de resolución. Pero todo aquello que puedas cambiar y que sea positivo, hazlo. Y hazlo al momento.

Habla “al chile”, “al chingadazo” cuando sea necesario. Pero ten el tacto para manifestar opiniones y delegar tareas, no seas autoritario. Aprende a manejar tus emociones y no seas un patán. Acepta también cuando te hablen con las verdades que no te gustan y ten el valor de cambiar aquello que tengas que cambiar para ser la mejor versión de tí.

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Joel Morando Hernández

Soy traductor, integrador y vinculador. Mi propósito es transmitir conocimiento, crear cosas geniales y conectar personas para crear juntos cosas más geniales